Qué paradoja


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Quedarse sin línea telefónica y sufrir todas sus consecuencias no valen más que un euro por día. Si a eso le sumamos no tener Internet, apaga y vayámonos. Mira, exactamente lo que han tenido que hacer cientos de negocios malagueños.

Os pongo en antecedentes. El pasado viernes una avería ocurrida en la central de Telefónica en Huelin -Málaga- dejaba a 90.000 ciudadanos incomunicados. Al parecer, un rayo provocó un incendio en dicha sede. Pues bien, a día de ayer, alrededor de 10.000 usuarios siguen afectados y, como consuelo, solo le devolverán unos tres euros. ¡Menuda estafa!

¡Qué pena! El usuario es siempre el que paga cifras desorbitadas por una cosa u otra, por una letra pequeña que no se lee o una factura que no se paga en su día. Pero cuando se trata de las grandes empresas, las indemnizaciones se vuelven pequeñas. Qué paradoja.

Y lo peor de todo en este hecho particular es que así está recogido en la ley: 'en casos de interrupción por fuerza mayor, se compensará automáticamente al abonado con la devolución del importe de la cuota de abono prorrateado por el tiempo que dure la interrupción'.