De malos humos


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Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y valorando la de hoy, no nos cabe ninguna duda. Esta parece ser la última arma utilizada por la administración estadounidense con el objetivo de concienciar a los fumadores de lo perjudicial de esta práctica. Concienciarlos y disuadirlos, añado. Y qué mejor forma que mediante el impacto, aunque, señores, permítanme que ponga en duda la efectividad de esta campaña.

Una persona que lleva fumando diez años sabe perfectamente cuáles son los riesgos a los que se enfrenta y, como no, tomarán esta medida como otras tantas habidas y por haber. 'Somos conscientes del daño que nos produce, pero... cualquiera se quita ahora', pensarán. Eso sí, está iniciativa puede ser de vital importancia en los jóvenes o en aquellas personas que, por un motivo u otro, comienzan ahora a fumar. 'Aún estamos a tiempo', se dirán -para que aprendan veteranos fumadores-. ¡Nunca es tarde!

La nueva campaña presentada incorpora 36 fotografías con mensajes muy duros, que se irán introduciendo progresivamente en todas las cajetillas a la venta. Para el año 2012, se espera que todos los paquetes lleven estas imágenes impresas y ocupando el 50% del espacio disponible. ¡Difícil va a ser no verlo! Eso sí, creo que se van a disparar las ventas de pitilleras.

Morbo. Las críticas no se han echo esperar y ya son muchos los que han denunciado esta campaña por sensacionalista, o querrían decir, realista. Las tabacaleras han puesto el grito en el cielo y los fumadores están que echan humo. Pero, en mi opinión, toda medida es poca para erradicar esta práctica. Más de uno pensará: ¿y a ti qué más te da? Es que eso de que me echen el humo lo llevo muy mal.