Ya se va a terminar julio y yo todavía no llego a asimilar que estamos en verano. Pero por qué tiene que pasar tan, pero tan rápido el tiempo. Primero, junio, que al ser un mes de exámenes para muchos y significar la culminación de otro curso o de un período de invernación, pues pasa volando, además este año al coincidir con la celebración del Mundial, entre que estás pendiente de cuando jugaba España y entre que preparas todo el arsenal para que vengan tus colegas para ver el espectáculo futbolero ha sido un mes fantasma, vaya.
A eso hay que añadir que los españoles seguíamos enganchados a la caja tonta cuando se presentaba ante nosotros el mes de julio. De esa forma, se nos plantó el día 11 y ya tenemos medio verano ventilado. Bueno, pero como dirían muchos, ha merecido la pena porque nos hemos traido la copa y eso es lo único que cuenta, bueno eso y que se nos ha olvidado la crisis durante varias horas... lo malo es que llega el día 12 y lo único que ha pasado es que los veintitantos jugadores que se pasaron el mes en Sudáfrica tienen 600.000 euros más y comenzaban sus vacaciones, mientras que el resto de los ibéricos seguían acudiendo a su puesto de trabajo, y eso para los más afortunados.
Ya está. Dejo los pesimismos para otra ocasión pues ya mismo me voy de vacaciones -ya os contaré- y hay que estar felices y contentos. Y es que ahora es cuando media España decide descansar un poco del jefe y hacer las maletas, el problema ya vendrá cuando se regrese. Lo difícil que resulta dormir el día antes de la vuelta al curro, esa tan popular depresión postvacacional no perdona a nadie, y es que resulta irremediable pensar: '¿Y yo he estado de vacaciones? Pero si no me he enterado'.
Y ahora me toca darle la razón a mi tía Rosi, pues como ella siempre me dice, se disfruta más las dos semanas antes de coger las vacaciones que cuando estás metida de lleno en ellas. Cuando lo planeas, reservas el viaje, el hotel, las actividades, cuando comienzas a imaginarte a ti misma en ese idílico lugar, sin preocupaciones, sin estrés, sólo tú y el relax, bueno si hay buena compañía, mucho mejor, jejeje. Y es verdad, antes de partir ya estás disfrutando y es porque tu mente ya se ha ido, y cuando estás de vacaciones en cuerpo y alma, sólo piensas en lo chungo que es la vuelta al trabajo. Así que esta vez intentaré no pensar y así poder ENTERARME de que estoy de vacaciones. A ver si de esa forma, no me hace ninguna visita la dichosa depresión.
No me he enterado
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estemundo@marcandoelcontrapunto.es
Para mí no ha pasado el verano, hasta el 18 de agosto que no tengo vacaciones jijiiiji pero verás lo rápido que se pasan, nooooooo jijiji