Marcando el contrapunto

Ingredientes:

-Masa de hojaldre (de la que viene extendida)
-Un paquete de puerros
-Sal
-Aceite
-Queso para rallar
-Jamón cocido
-Nata para cocinar



Preparación:

Antes de empezar, decir que el relleno puede ser sustituido por otras verdurdas, o hacerlo mixto (jamón cocido y queso). En mi casa es típico el de puerros, salió de mi invención una noche que no sabía con qué rellenar el hojaldre... de estas de fin de mes en las que la nevera tiembla de vacía que está.

Ahora sí, comenzamos.

Se precalienta el horno siguiendo las instrucciones del paquete del hojaldre, suele ser unos 10 minutos a 200º. Mientras tanto extendemos la masa en la bandeja del horno (debe tener un borde más o menos alto, para que cuando vertamos el contenido no se salga).

Además de extenderla, tenemos que ir preparando el relleno. En este caso, tenemos que trocear los puerros y cocinarlos en una sarten con un poco de aceite. Además, se le pone un poco de sal.

Una vez que los puerros estén bien hechos, se le vierte la nata (unos 125ml, pero si por la cantidad de verdura se ve que queda seco, se le añade más). Ahora se deja que hierva un poco para que la nata espese.

Mientras hemos ido preparando el relleno, seguramente el horno se haya terminado de calentar, así que metemos el hojaldre durante unos 8 minutos para que se empiece a hacer.

En este momento, añadimos al relleno que tenemos en la sartén el jamón cocido cortado a taquitos.

Cuando hayan pasado esos 8 minutos, sacamos el hojaldre y vertemos en él el relleno y le rallamos queso por encima. Ahora se vuelve a meter en el horno durante otros 5 minutos para que se termine de hacer.

Pasados este tiempo, ¡ya está lista para servir!

De nuevo. Otra vez lejos de casa y viviendo esta otra vida. No se trata de un viaje turístico ni de unos días de relax, ni siquiera sé lo que se puede realmente visitar aquí, en Zurich ; sino que podría decirse que es un viaje cultural, ya que es un período suficientemente largo como para poder conocer otra cultura, aunque también me hincho de trabajar, así que a la vez se trata de un viaje de negocios. Es un gran salto que doy pero que no asimilo hasta días después. Y de pronto, parece que estás en otro mundo diferente, aunque, en realidad, con el tiempo me voy dando cuenta de que te encuentras con las mismas personas, pero con otras costumbres y con otras formas de mirar la vida. Por eso digo yo que este mundo no es tan grande.

No sé si habéis tenido la oportunidad de viajar, pero no cinco días en una playa de ensueño o una semana viendo a toda prisa los monumentos de una gran ciudad histórica, sino vivir como yo estoy viviendo lejos de nuestra tortillita de patatas o de nuestro bocadillo de jamón ibérico, bueno éste último, a lo mejor también escasea ahora con la crisis. Aquellos que lo hayan vivido alguna vez, ¿no os habéis topado con gente que os recuerda a alguien en vuestro entorno cercano? Incluso, puedes ver caminando entre la gente a personas que físicamente son casi idénticas a otras que ya has visto.

Por otro lado, con el paso de las semanas, también descubres que, a pesar de que se trate de otro país europeo, tiene unas costumbres bien alejadas de las nuestras, desde cosas tan simples como saludarse, ya que en Suiza, en tu barriada o si vives en un pueblo al cruzarte con otras personas las saludas, lo cual nunca me lo imaginaría en ningún rincón español. O cuando te presentan a alguien por primera vez no se te ocurra darle dos besos, a no ser que sean adolescentes, que aún viven entre las nubes. Y es que los suizos son muy educados y serviciales pero también muy reservados, es decir, que si ven una pequeña muestra de cariño por parte de personas desconocidas se alejan porque creen que quieres algo a cambio...

Pero lo que realmente más me ha sorprendido de esta experiencia es que inconscientemente buscamos a los que se nos parecen. Me explico. Aquí en Zurich hay una gran diversidad cultural, por lo que es normal que te cruces con grupos de personas que están hablando albanés, italiano, yugoslavo... pero lo que yo no sabía era que con una mirada fija durante sólo un segundo, dos personas que no se conocen de nada se saludan y muestran una especie de apoyo hacia la otra para seguir su camino en un país que no es el suyo. Es un proceso que suele pasar entre personas de color, pues se reconocen fácilmente entre la multitud. Y aunque no me lo creía cuando me lo explicó mi prima de 14 años, que precisamente es de color….lo he podido observar yo misma caminando por estas calles. Señores y señoras, ya podemos decir que una mirada vale más… que mil palabras. Un saludo desde Zurich.

Ya que no nos queda más remedio vamos a llevarnos bien. Bueno, en realidad ustedes pueden evitar el sufrimiento de leer esta sección no apareciendo por esta santa casa cibernética cada segundo sábado de mes. Quedan avisados, de modo que si les vuelvo a ver por aquí en la próxima entrega el arriba firmante no se hace responsable de las posibles consecuencias; aunque, en cualquier caso, si los efectos son demasiados agresivos siempre les queda la posibilidad de acudir a los consejos de la inauguradora y predecesora de un servidor en este suplemento con la sección de contenido «psicoloco» de Pienso, luego resisto. Que pienso es algo que muchos pueden poner en duda, pero a mí lo que me cuesta mucho dudar es evitar que esta «columna» pueda llegar a convertirse en una contestación perenne a lo que mi predecesora exponga en sus textos. No es una cuestión de desacuerdo sino más bien son ganas de llevar la contraria. De cualquier manera intentaré cumplir con los preceptos del buen comportamiento, aunque no prometo nada.

Ya que no nos queda más remedio vamos a llevarnos bien. Porque si al jefazo de esta publicación virtual se le ocurre crear un suplemento con cuatro colaboradores de dudosa reputación y capacidad y uno de ellos, para suplicio de los lectores, es nuevamente un servidor de ustedes pues no les queda otra opción que aguantar o abstenerse a pasear la mirada por estos parajes. En todo caso las quejas deberán remitirse al jefazo, pues él es el único responsable a partir del momento en que se le ocurrió la idea de reclamar mi colaboración. Lo primero que pensé cuando me lo propuso fue que era un cabroncete de mucho cuidado porque de esta manera se ahorraba tener que publicar diariamente; pero los tiros no iban por esos derroteros, y no se le ocurre otra cosa al caballero que crear un añadido a su cuaderno de bitácoras para meternos a sus nuevos colaboradores como borregos en el redil bajo el elegante apelativo de suplemento. Le podría haber dicho que no, que no me interesaba, que los sábados no me venían bien o que mis servicios se veían mejor recompensados en la competencia; aunque finalmente, y entre muchos tiras y aflojas, aquí me tendrán cada sábado, aunque no prometo nada.

Ya que no nos queda más remedio vamos a llevarnos bien. Y sí, realmente en esta primera intervención me las he ingeniado -más torpemente de lo que me gustaría- para salir del paso en mi aparición de enero (que como dice mi predecesora, es un mes que viene después de diciembre, cosa que pondremos en duda en otra ocasión). Como en realidad no he dicho nada de utilidad y ya me quedan pocas palabras para llegar al límite fijado por el jefazo con la única desventaja de que tengo que alargar un poco más la cosa para que cuadre la extensión diré que el suplemento tiene una única cosa bien planteada: que sean tres mujeres y el que escribe. Y ahora que digo esto me doy cuenta de que la única forma que tendrían de no soportarme cada segundo sábado de cada mes sería que en el hipotético y extraordinario caso de que se añadiesen nuevos colaboradores y no fuesen mujeres tendrían un hueco para hacerlo cada segundo sábado del mes, no sé si me explico, aunque no prometo nada.

La voz se calla de pronto en el mismo salón que ayer reunía a tu madre con los cuñados de ella, a sus ilusiones con tus propósitos para el año nuevo, a tus cábalas sobre los regalos con mis preparativos de última hora. Todo se daba cita en un ambiente cuidadosamente pensado para la ocasión, pero pasó rápido. Lo que verdaderamente duró fueron los días de emoción y entusiasmo, las ganas, los nervios, los vestidos que buscamos y que no nos quedaban bien, los momentos relajados con los compañeros, los días en que jefes y empleados parecen romper barreras y la vida se presenta más amable. Sin embargo, hoy, que barremos ese salón encontrando en el suelo las horquillas que sostuvieron un moño, hoy es el vacío.

Y es que enero cuesta, le pasa a todo el mundo, no se angustie. Tiene una explicación sencilla. La motivación, la ilusión por un proyecto futuro nos mueve a actuar día a día. No tiene por qué ser un disco nuevo u otro tipo de planes a los que atribuimos generalmente gran relevancia. Un proyecto puede ser el traje para la función de los niños del cole, la receta para Nochebuena, el regalo de Reyes que esa persona no se espera y que guardamos en casa, todo vale lo mismo.

El papel arrugado que envolvía esos regalos estará en la bolsa de la basura y entonces qué. Después de diciembre vendrá enero y con él un tiempo algo en blanco, aún por escribir, donde nada alterará esa rutina. Por eso se nos hace cuesta arriba vivir sin una ilusión. Por otro lado, para muchos resulta, sin embargo, una verdadera liberación ver tachado en el calendario el día seis de enero. Se acabó. El siete empieza nuestro año, nuestra vida. Se hace el silencio y el trabajo vuelve a ser tan aburrido como en noviembre.

Vendrán ideas como “estoy más gordo”, “esto es lo mismo de siempre”, “este propósito no lo voy a poder cumplir”, “debería hacer tal cosa”. Los “debería” son los padres de las frustraciones y las frustraciones pueden ser las madres de la ansiedad. Los “no puedo” son el disfraz de los “no quiero” y la rutina, como casi todo, está sólo en nuestra cabeza. Apuntarse a un gimnasio por estas fechas suele ser una moda pasajera, pero hay que reconocer que ayuda. Podremos perder esos kilos y estar más contentos, un beneficio extra que nos da el deporte. Nunca viene mal, incluso aunque uno esté ya satisfecho con su vida. Para aquellos que no lo estén, deben concentrarse en detalles de su rutina que pueden cambiar (nunca en lo que no van a poder: es una tortura machacarse con lo imbécil que es el jefe, porque parece que el hombre no tiene intención de dejar de serlo). Por ejemplo, puede uno hacerse un disco para el coche con su música favorita, comprarse unos zapatos más cómodos, cambiar el peinado, cocinar más sano, estirar todo el cuerpo por las mañanas (y hacer algo más con el cuerpo y el de la pareja, si se puede), comer y/o cenar con la televisión apagada para hablar con los de casa, darse un masaje en los pies después de ducharse, estar más tiempo a solas o pararse a mirar nuestras fotografías. Otro importante podría ser autoregalarse algo que podamos utilizar o llevar con frecuencia (pulsera, anillo, abrigo…), algo que nos recuerde que nos queremos mucho y que nos merecemos eso, eso que no teníamos el año pasado.

Si quiere hacer un curso de inglés, ser más solidario, estudiar al día, llamar más a menudo a los antiguos amigos, hágalo. Si ve que no lo hace es porque en realidad no quiere hacerlo, así de simple. Y no pasa absolutamente nada. Pero no se torture con el “debería”, que no es más que el condicional simple del verbo deber.

El secreto mejor guardado de Margarita es…
Su humanidad. Pero la tiene bien guardada.

La gracia andaluza se respira por los cuatro ‘costaos’ ¿es uno de los ingredientes de la fórmula del éxito?
Esto es una cosa que nos suelen comentar mucho, pero nosotros no lo vemos del todo así, es evidente que somos andaluces, pero no es intención nuestra remarcar nuestro acento, lo que solemos hacer es parodiar cosas de nuestro entorno, cosas que nos parecen cómicas, como poner un cuadro de la Virgen del Rocío encima del sofá. En cuanto al lenguaje de los personajes es simplemente que cada uno tiene su papel, nosotros tenemos este acento y así queda.

Tal y como podemos apreciar en vuestra web (www.frikibot.com) ya tenéis una trayectoria a vuestras espaldas: “El cocinero Loren” o “Se te va la pinza”, ¿qué factores pensáis que han sido los que han destacado a Niña Repelente de sus homólogos?
NIÑA REPELENTE fue la primera serie que se publico en FRIKIBOT.COM las otras series se crearon para amenizar el tiempo de espera entre capítulo y capítulo, el tiempo que dedicamos a NIÑA REPELENTE es mucho mayor que el de las otras series, esa es la única diferencia.

Horas de trabajo, de dedicación,… y todo por una pasión ¿cómo os adentrasteis en el mundo de la animación?
El tema de la animación y el cómic siempre ha sido nuestra vocación, pero dedicarse a esto en Sevilla es algo un tanto complicado, así que acabamos trabajando en cosas como el diseño gráfico. Después de trabajar para empresas que solo tienen como objetivo el explotarte, se nos ocurrió la idea de no desperdiciar más nuestro potencial para el lucro de gente de semejante calaña y aprovechando unos meses de paro se inicio este proyecto.

Detrás de cada capítulo se esconde una plena entrega ¿Cómo es el desarrollo de un capítulo cualquiera?
Se prepara el guión apoyado en una idea inicial, luego pasamos al storyboard, dibujamos los planos a mano, se escanean, se vectorizan y comenzamos a grabar las voces, con esto animamos y por último pasamos al programa de edición donde montamos los plano añadiendo el sonido y la banda sonora.

¿Hay cabida para la improvisación?
Sí, a la hora de grabar los diálogos se suele improvisar, pero siempre respetando el guión.

Para despedirnos qué mejor que unas palabritas de Margarita para todos sus fans
Qué te calle carva!!!

Menudo carácter que se gasta la criatura...
Si, desde luego que carácter tiene y creo que ese es su gran atractivo.

No hay mortal que no haya escuchado hablar de la niña repelente ¿os esperabais tan buena acogida?
Querer, queríamos que fuera así, otra cosa era llegar a conseguirlo y así ha sido. Estamos muy orgullosos de cumplir con nuestro objetivo y aun más de llegar a este nivel de acogida.

Concha, depresiva; Antonio en el paro y la niña un tanto peculiar, no dejasteis títere con cabeza
Ni dejaremos, ya que queda mucho trabajo por hacer y los personajes tienen mucho que aguantar, también tenemos bastantes personajes que aun no han aparecido.

En tan solo cuatro capítulos habéis revolucionado la red, ¿pesa más ahora el miedo a defraudar?
No, puesto que lo vemos más bien al contrario, se nos concede ahora la gran oportunidad de dar todo lo que sabemos hacer, que por ahora se queda en un 5%. Nuestro triunfo siempre estará basado en el duro trabajo, por eso sabemos que no defraudaremos mientras sigamos trabajando con el mismo entusiasmo.

Hagamos un experimento, pónganse en la piel de Margarita, como definiría ella su propia serie.
¿Todo el día, viendo a la Calva y a la Gorda por la tele? Te quiere ir ya.

Sin lugar a dudas, uno de los personajes que más revuelo ha causado ha sido el tierno vecino de Margarita. Supongo que hablar de una secuela ya es mucho pero ¿habéis pensado darle un papel más importante?
Si, este personaje ha sido presentado para acompañar a Margarita, es su amigo aunque ella lo trate tan mal y por supuesto que lo veremos en más capítulos.

Fanático de las telenovelas, promesa de la canción española, amante de los buenos bocadillos de salami,… ¿cómo surge esta peculiar caracterización?
Hay más de un Jorge Luis por ahí, pero a este en especial le hemos añadido esos ingredientes que le hacen tan cercano a nosotros.

Ahora que estamos en pêtit comité, algún adelanto de lo que nos depara la serie.
Estamos intentando llegar a un nivel superior, trabajar más los personajes y crear un mundo digno para esta niña tan entrañable. Así que lo que viene espero que superara con creces a lo anterior.

¿Quieres saber cúal es secreto mejor guardado de Margarita? No te pierdas mañana la segunda parte de la entrevista.