El mundo se pone en contra


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Lo rápido que puedes cambiar de opinión, o mejor dicho, lo veloz que las circunstancias te pueden hacer cambiar de perspectiva. Hace unos días, en una importante reunión que mantenía con una de mis más allegadas consejeras en nuestro lugar de encuentro, planeabamos o más bien aportabamos las primeras ideas de lo que serán nuestras próximas vacaciones. En dicha conversación, hicimos 'hincapié' (qué recuerdos abarca esta palabra, ¿verdad? mi jefe) de lo que verdaderamente te nutre un viaje, sea donde sea y por los motivos que sean.

Recalcamos que más que los monumentos que puedas llegar a ver, los museos o sedes institucionales que visites o las fiestas que te pegues alejada de tu rutina, lo que más te nutre al estar a cientos, o mejor, miles de kilómetros de casa, son lo que yo he querido denominar, vivencias sociales, es decir, verte metida de lleno en las rutinas de personas que no comparten tu estilo de vida, tus costumbres o tu ideología. El mejor ejemplo que os puedo poner es mi experiencia en Bangkok. Estuve cinco días y no ví ningún monumento, ni siquiera me interesó visitar uno de los famosos templos budistas; sin embargo, me relacioné mucho con tailandeses, ya que, tuve que trabajar algunas horas y la mayor parte de mi tiempo libre me la pasé regateando los precios de los gangones que me traje para España....pero pude ver de cerca cómo viven, bueno, cómo malviven, y os aseguro que eso vale más que haber estado en un templo o montarme en un elefante sagrado (risas).

Y con esa finalidad de conocer el entramado social de las millones de ciudades que hay por el mundo, es como yo quiero viajar a lo largo de mi vida. Aunque en los últimos meses, parece que me están obligando a cambiar de opinión, y ustedes os preguntareis, 'Pero, ¿quiénes?'...y yo os digo que el propio mundo. No sé que está pasando pero parece que las catástofres naturales se multiplican cada vez más y eso hace que el miedo a viajar a ciertos lugares sea mayor. Lo último es ya el colmo: las nubes de cenizas de un volcán islandés hace que se pare el tráfico aéreo en media Europa, ¡joder! Lo estaba leyendo en el periódico y no me lo podía creer, esas cenizas en contacto con las turbinas de un avión pueden hacer que se pare el motor. Para cagarse de miedo, ¡vamos!

Entre el terremoto de Chile, las inundaciones y las altas cotas de nieve en gran parte del planeta y ahora las nubes de ceniza, ya mismo no vamos a querer ni salir a la puerta de casa...a mí sólo me entran ganas de decir: 'Mundo, cálmate un poquito, ¿no?'

estemundo@marcandoelcontrapunto.es

2 Responses to “El mundo se pone en contra”

  1. Unknown says:

    Nunca se sabe qué contratiempo puede hacer que cambie un destino! !Ya lo que faltaba, nubes de ceniza¡ Para que me pase a mi con las ganas de volar que tengo..

  2. Por eso lo mejor ahora es pillarse un crucerito,no?