Marcando el contrapunto

Nunca viene mal meter cuatro trapajos en la maleta, pillarte algo de pasta –si es ‘Gallo’ mejor- y alejarte por unos días de la rutina. Dicho y hecho. Cuando las jornadas de descanso para este bloguero parecían haberse esfumando cual espuma de playa, los dulces cantos de bellas sirenas han despertado esa dormida necesidad de dar un cambio de rumbo. Y es que nunca viene mal oxigenarse de esa contaminación tan particular que a veces nos llega a asfixiar.

Mirar desde la barrera nuestro día a día se convierte en un ejercicio constructivo que libera y canaliza hacia buen puerto las mareas que aún no llegamos a superar. Días de relax, descanso, caprichitos y más de una fiesta nunca vienen mal, y si necesitan una razón, solo me basta gritar con mi melena al viento: “Porque yo lo valgo”.

Pero no se despisten contrapunteros, en breve regresamos, y a no ser que te pase como al gran Sabina, cuando te vengas a dar cuenta ya estamos de nuevo a la carga, y con más guerra que nunca, prometido, y es que esta cabecita loca no deja de funcionar ni en vacaciones. Nos vemos en septiembre, hasta entonces, sedme fieles. ¿Os lo vais a perder?

Una vez más, Telecinco vuelve a surcar los mares de la polémica. La cadena transgresora por excelencia vuelve a la carga con uno de esos programas que levantan ampollas solo con imaginarlo, recuerden, pues, el revuelo generado en torno a 'La Caja'. Esta noche, Jordi González encabezará ese viaje al otro lado del espejo, 'Más allá de la vida', un espacio donde cada semana varios famosos podrán contactar con sus seres queridos fallecidos.

Un verdadero espectáculo. A expensas de su 'ansiado' estreno, el programa promete no dejar indiferente a nadie. Y conociendo a la cadena, el show está asegurado. Morbo 100%, ¿qué más se le puede pedir? Prepárense para ver lo nunca visto. Ya me dirán... Si Franco levantara la cabeza... Me da de que no estamos demasiado lejos de ello...

Imagínense escuchar al Generalísimo desde el más allá, ¡menudo telele! Pues no lo duden, y es que Carmen Martínez Bordiu ya ha comprado el pasaje para este peculiar trayecto. ¿Qué nos tendrá que contar nuestro recordado histórico? ¿Le gustará en lo que se ha transformado su querido país? Qué intriga.

Debo reconocer que no soy muy aficionado a ir al cine. Los motivos no me faltan, ya sean monetarios o cuestiones de preferencia. Eso sí, en las contadas ocasiones en las que decido colarme en una de esas salas, el filme merece la pena. Bueno, salvo esa gran obra maestra 'La casa de cera'. Pero dejémonos de rodeos y vayamos al meollo de la denuncia de hoy. ¿Desde cuándo se va al cine a ver publicidad?

Hasta cuatro anuncios. Ahí estábamos todos, con nuestras palomitas y nuestras bebidas, expectantes de que la película comenzara. Con un cabreo que crecía por momentos y una gran indignación a cada segundo publicitario. No tengo nada contra la publicidad, pero sí contra los que quieren aprovecharse de mi. Sí, contra los peseteros.

He pagado una entrada de 7,50 euros -y después dicen que la Cultura no es cara- y encima tengo que 'tragarme' cuatro anuncios, no uno, ni dos, ni tres, hasta cuatro... 4... four... quatre... ¡Manda narices! Menudos sin vergüenzas.

Ver publicidad en el cine, es verla por cojones. Es imposible escapar de ella, de ellos... eso es lo que realmente me indigna. Qué aprovechen nuestro 'encarcelamiento' voluntario para 'metértela doblada', en fin, 'si no se van a mover de sus butacas'.

Qué os den. Yo cerré los ojos y me tapé los oídos, conmigo, no habéis podido.

Cuando medio país se encuentra inmerso en pleno debate sobre la prohibición del burka, la otra mitad está descubriendo lo maravilloso de ir camuflado. Al parecer, el no va más. En mi opinión, que quieren que les diga, una frikada más. ¿Qué a que viene todo esto? Señoras y señores, niños y perros, con todos ustedes... el Morphsuits. Y como exclamaría el grandioso Mauricio de 'Aída': '¿Pero esto qué es?'


Como definen sus propios creadores: 'El Morphsuit es un traje que cubre el cuerpo entero. Cubren realmente todo: manos, cara y pies'. Vamos, que no te reconoce ni la madre que te parió. Y según se ve, es 'el boom-boom del momento', miedo me da. Nos convertiremos en seres de colores sin identidad ni sentimientos, bueno miento, seremos 'mucho más divertidos y nos correremos unas fiestas de aúpa'. Ya sabes, es ponerte uno de estos trajes y se te va la pinza, -bueno, eso ya se te fue antes de enfundártelo-.

Nuevo reclamo para fiestas, despedidas y comuniones. En estos encuentros, ¡el Morphsuit es la hostia, colega! Y claro está, siempre podrás echarle la culpa a ese cuerpo amarillo pollo que se ha adueñado de ti. Atrás quedarán excusas como 'No es lo que parece' o 'Cariño, esto tiene una explicación'. Ahora nos bastará con decir '¡Que va! Si yo iba de azul, te habrás confundido' o 'Lo siento, no era yo, era mi Morphsuit'.

¡Ay, Dios! ¿En qué mundo vivimos? Cuidadín con estos inventos, que seguro que más de uno ha visto en este traje su uniforme de trabajo, claro está, si a robar lo consideramos una profesión.

Hoy en el curro me he llevado una sorpresa y, como generoso que soy, quiero y debo compartirla con todos ustedes. Quizás ya se hayan enterado, tal vez hayan pasado meses desde que la noticia saltara en los medios, pero, por una cuestión u otra, no lo sé, yo acabo de enterarme. Hablemos pues, de la RAE y sus nuevos fichajes.

Como diría la Esteban, el castellano -la lengua- es del pueblo, y el pueblo hace con él lo que le da la gana. Tanto es así que hasta los eruditos de la Real Academia Española se han tenido que rendir a los pies de algún que otro vulgarismo. 'Asín', 'almóndiga' o 'setiembre' son algunas de las últimas incorporaciones de nuestros expertos al 'libro gordo de Petete'. Qué quieren, los españoles hablamos asín de bien.

Muchos se han puesto las manos a la cabeza -yo en verdad me he echado unas risas con los compis de la oficina-, otros han aplaudido la idea e, incluso, hay quienes han creado un grupo en Facebook en contra de estas nuevas incorporaciones de la RAE. A este paso, no hay quienes se entiendan.

'Cocreta', 'Grabiel', 'amoto', 'afoto' o 'estijeras' pueden ser los próximos en sumarse al carro de los recién llegados al castellano. ¿Hasta qué punto es aconsejable este tipo de medidas? Es cierto que, al fin y al cabo, somos los españoles los que hacemos camino al andar, pero... del dicho al vulgarismo a un trecho.

En este caso, creo que a nuestros queridos teóricos se les ha ido un poco la mano, una cosa es añadir nuevos conceptos llegados del lejano oeste, por ejemplo, y otra muy distinta permitir que se maltrate nuestra santa lengua. '¡Enga, tronco!'

Menudo revuelo se está armando en la capital de la Costa de Sol con la inminente llegada de las Obamas. Marbella se rinde a los pies de la primera dama. Marbella... ¡Yes, we go! Atrás quedaron las 'calumnias' por corrupción, el romance de la Panto o el apelativo de 'tierra de vicios'... hoy la ciudad luce sus mejores galas para hacer de la estancia de nuestras idolatradas huéspedes un paraíso. Ahora, que lo pienso, quizás lo del 'vicio' no esté del todo mal, para gustos los colores...

Desplieguen la alfombra roja, preparen el cava y el buen jamoncito de pata negra, a éstas las conquistamos por el estómago. Déjense de caviar, salmón o 'huevas de su madre', aquí lo que hay que vender son los productos de la tierra. Ese buen vino del terreno de Cómpeta, esos langostinos de Huelva o las exquisitas yemas del Tajo... ¿Quién dijo amar a las hamburguesas? ¡Puag!

'La mejor promoción de nuestras costas allá en el lejano oeste', dicen. ¡Lo que mueve el interés, Andrés! Señores, nos enfrentamos a un claro caso de 'vamos a hacerte la pelota', o también conocido como 'vamos a hacerte la pelota'. ¡Coño, es que no se le puede llamar de otra forma! ¿Cortesía? ¿El síndrome del anfitrión? ¿Educación? No, 'vamos a hacerte la pelota'. Mira, pues a eso no nos gana nadie.

Estaremos muy atentos para saber cómo trascurren están fabulosas holidays in Spain. Quién sabe, quizás hasta coincidimos en el probador de Prada. ¡Ay, chica!

'¡Ozú, mi alma, qué caló más mala!', grita la vecina del quinto. Piropos como ‘¡Eh, bombón! No vayas por el sol que te derrites’ cobran vida en días como hoy, bueno, en semanas como éstas. ¡Señores, qué estamos en verano, es lo que nos toca! Altas temperaturas y la mayoría de los españoles con las maletas hechas. ¡Ay Dios, qué envidia! Paciencia, paciencia, quince días pasan en nada.

Las ciudades comienzan a quedarse desiertas, no me quiero imaginar las calles madrileñas a las cuatro de la tarde, ‘con to el solano de frente’. Las playas empiezan a abarrotarse, con su tortilla de patatas, su tintito fresco, sus filetitos empanados y la vecina de la hamaca del frente berreando a un tal Manolito que no se meta en el agua. Señores, comienzan nuestros merecidos días de descanso, claro está, aquellos que pueden.

A olvidarse de las preocupaciones, de los problemas y del ‘pesao’ de nuestro jefe, ya en septiembre ¡Dios dirá! A disfrutar de los cortes de fresa y nata, de las siestas a pierna suelta y del refresquito de las nueve y cuarto de la noche, señores, esto es vida. En Cancún, en Benidorm, en Torremolinos o en el salón de su casa si la crisis no da para más, la cuestión es disfrutar de eso de lo que los españoles sabemos muy bien: rascarnos el ombliguillo, y es que no me negaréis, en esta práctica tenemos título vitalicio. Un olé, que lo nuestro nos ha costado.

Y a vivir que son dos días, ya tendremos que apretarnos el cinturón el resto del año, nos merecemos liarnos la manta a la cabeza y pensar un poquito más en nosotros y es que es el momento idóneo de los caprichitos y los brindis a nuestra salud. Olé, olé y olé. Ante tanta euforia, creo que es evidente que este blog tiene, más que contados, los días de descanso, claro está, con mucho gusto. Así que entre idas y venidas de la piscina, entre cervecita y tapita, no olvides echarnos un vistazo porque seguiremos al pie del cañón para ofrecerte lo más importante de cada día. Eso sí, como podéis ver, con más guasa todavía.