Nunca viene mal meter cuatro trapajos en la maleta, pillarte algo de pasta –si es ‘Gallo’ mejor- y alejarte por unos días de la rutina. Dicho y hecho. Cuando las jornadas de descanso para este bloguero parecían haberse esfumando cual espuma de playa, los dulces cantos de bellas sirenas han despertado esa dormida necesidad de dar un cambio de rumbo. Y es que nunca viene mal oxigenarse de esa contaminación tan particular que a veces nos llega a asfixiar.
Mirar desde la barrera nuestro día a día se convierte en un ejercicio constructivo que libera y canaliza hacia buen puerto las mareas que aún no llegamos a superar. Días de relax, descanso, caprichitos y más de una fiesta nunca vienen mal, y si necesitan una razón, solo me basta gritar con mi melena al viento: “Porque yo lo valgo”.
Pero no se despisten contrapunteros, en breve regresamos, y a no ser que te pase como al gran Sabina, cuando te vengas a dar cuenta ya estamos de nuevo a la carga, y con más guerra que nunca, prometido, y es que esta cabecita loca no deja de funcionar ni en vacaciones. Nos vemos en septiembre, hasta entonces, sedme fieles. ¿Os lo vais a perder?
De vacaciones
.
¡Pásalo bien! A tu vueltas verás un nuevo seguigor más jeje. Un saludo