Nada parece calmar a los mercados. Ni el anuncio de un nuevo gobierno de coalición en Grecia, ni la prometida dimisión de Berlusconi, ni las últimas medidas presentadas por el G-20. Visto lo visto, el ogro sigue hambriento. Después de los entrantes y del primer y segundo plato parece que aún le quedan ganas de postre: un rico y casero tiramisú.
Italia se asoma al abismo. Su prima de riesgo se ha disparado por encima de los límites que hundieron en su día a Grecia, Irlanda y Portugal. ¿Vivimos los minutos previos de un cuarto país que deberá ser rescatado? El diferencial del bono a 10 años con el alemán ha llegado a alcanzar los 574 puntos frente a los 500, 544 y 517 de sus antecesores, respectivamente. Y pensar que, hace unos meses, España aventajaba a Italia en el filo del precipicio. Miedo me da.
Las bolsas europeas se hunden, la prima española se contagia hasta los 417 puntos y, una vez más, de vuelta a empezar y es que, desde hace meses, la historia se repite. Muchas reuniones, muchas llamadas telefónicas pero ninguna solución. ¿Qué más quieres, ogro?
PD. Hasta ayer la anunciada dimisión de Berlusconi me recordaba a la ya manida promesa del presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh. Hoy, y en vista de la situación, me la creo un poco más.
¿Qué más quieres, ogro?
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