Hoy me he vuelto a sentir engañado. Me he dejado embriagar por el brillo del papel cuché y las grandes ofertas. La segunda unidad al 70 por ciento de descuento. ¡Dios, la locura! Ya me lo temí nada más ver el folleto, ¿donde está el truco? Pues queridos amigos, esta misma tarde lo he sufrido en mis propias carnes.
Ilusionado, con la nevera vacía y con ganas de hacerme con los mejores 'gangones', entré en el centro comercial del brazo de mi inseparable compañera de piso. Grandes letreros y pancartas anunciaban a gritos que durante esta semana el supermercado 'tiraba la casa por la ventana', yo sí que estuve a punto de hacerlo.
Recorrimos pasillo tras pasillo mirando minusiosamente cada uno de las estantes, buscando el ansiado letrerillo del descuento, rebuscando entre cajas y latas. Lentejas, garbanzos o habichuelas. No había mucho donde elegir. Marcas de renombre en las que ya solo con el coste de la primera unidad sentías de lleno el puñal del 'timo' o estantes arrasados hacían visible un ápice de esta campaña publicitaria.
Confiados en el buen hacer de las personas que tienden su mano ante la crisis, apostamos por hacernos con los productos básicos. Ahí, deberían estar las mejores ofertas. Leche, huevos o pan, ni por asomo lucían su nueva etiqueta. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba encerrado en un laberinto sin salida. Y ahí estaba el truco. En introducirte en su mundo bajo su piel de cordero, una vez allí, acabarías consumiendo lo que ni imaginaste comprar. Y lo peor de todos señores, es que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
Hoy he aprendido algo. Queridos amigos, nadie nos regala nada. Son muy inteligentes estos los del departamento de marketing, nos hacen creer que nos podemos ahorrar unas 'pelilla' ahora en tiempos difíciles. Pero, que quieren que les diga, por favor, un poquito de respeto hacia los consumidores. No hay que jugar con ellos, y más, ilusionarlos en tiempos de crisis.
Porque todo no es perfecto... ni las rebajas de hasta el 70%
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La rubia sale muy bien en la foto!
Con comentarios así ante estos temas, solo me queda exclamar ¡cómo se nota que no haces la compra! jijiji
Estuvimos cerca de 2 horas buscando ofertas para luego sólo llevarnos cinco productos con precios rebajados. ¡Mira que somos idiotas!, caemos en la trampa y lo peor es que volveremos a caer porque ésta no será la última campaña contra la crisis que hagan los supermercados. Nos queda por lo menos un año más de "supuestos precios bajos". Creo que lo mejor es ser fiel a nuestro tan querido super y dejar de probar cosas de las que después te puedas arrepentir. Asi que ya sabes Antonio, la próxima semana (aunque espero que ya no tengamos que volver hasta dentro de medio mes con el dineral que nos hemos gastado) no tendremos que decidir a donde ir.
Para colmo, hoy descubrí que la cebolla que compré estaba podrida
¿¿¿Deborah comprando pañales??? (¿son pañales no?)
Madre mía, al final ocurrió, mira que le dije que gastase cuidado...