Marcando el contrapunto

Al igual que en su día nuestra querida Conchita Velasco canturreara eso de “Mamá quiere ser artista, oh mamá, ser protagonista…”, la chica más baja del mundo también sueña con alcanzar la gloria encima de los escenarios. Y que quiere que les diga, un ¡olé! por ella. Brillantinas, pedrería y lentejuelas para recibir como se merece a la joven Jyoti Amge.

Camino del Óscar, esta adolescente india asegura que no se rendirá hasta cumplir su ansiado sueño de ponerse delante de una cámara. Sufre un trastorno óseo genético, hereditario, que se presenta en uno de cada 25.000 niños, una discapacidad que no se ha interpuesto en su viaje hasta Holywood y es que, Jyoti es uno de los claros ejemplos a seguir.

A sus 15 años le encanta jugar a ser famosa, maquillarse y ponerse sus joyas ¡eso si que es alma de vedette! Y que a nadie se le ocurra bajarla de esa nube en la que vive que, a pesar de sus 83,8 cm de estatura, es grande para eso y mucho más. Tenacidad, fuerza, coraje y confianza son en esta vida las únicas armas posibles para salir a flote y conseguir, pese a las críticas y las envidias, hacer de ese sueño una realidad. Jyoti, al igual que cientos de discapacitados en todo el mundo, nos abren los ojos cada día para devolvernos la vista. La visión hacia el camino de la fe, la constancia y el valor, porque si crees en ti, el resto del mundo también lo hará.

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