Marcando el contrapunto

A pesar de vivir en Málaga, en mi casa se come Salmorejo Cordobés en lugar de la Porra Antequerana que se puede encontrar en la provincia. No sé porqué será, pero para mí el Salmorejo (sobre todo el de mi abuela Anita) es lo mejor de lo mejor para el verano. Una receta sencilla, fresquita y económica, para este tiempo en el que sólo se habla de crisis.

Ingredientes para 4 personas:
- 1 kilo de tomates pelados (si se es un poco vago, se puede usar los tomates que se venden en lata ya pelados)
- 350-400 gramos de pan duro.
- Medio diente de ajo o uno entero si es pequeño.
- 400 ml de agua fría.
- 50 ml de aceite de oliva.
- Un poco de vinagre.
- Sal



Lo primero que tenemos que hacer es cortar los tomates y colocarlos en el bol o el vaso de la batidora. También se corta el pan en trozos y se reserva.

A continuación se pone el aceite, el ajo, la sal y el vinagre en el bol donde tenemos los tomates. Se empieza a batir esta mezcla, mientras se le va añadiendo los trozos de pan y el agua. No se pone todo a la vez, ya que queremos evitar que el Salmorejo quede demasiado espeso o líquido.

Una vez que se ha triturado toda la mezcla, con el pan necesario para que el Salmorejo tenga suficiente consistencia, hay que comprobar que la masa haya quedado fina. Si se desea, se puede pasar por un chino o un pasapuré, de esta manera conseguimos que quede con una textura más apetecible.

Una vez hechos todo estos pasos, se pone el Salmorejo en una fuente y se reserva en el frigorífico.

A la hora de presentar, el Salmorejo se puede acompañar con patatas fritas o huevo duro y jamón serrano o atún. Las cantidades del acompañamiento va al gusto del comensal.

Tip: Es recomendable hacer el Salmorejo unas horas antes de la hora de comer y reservarlo en el frigorífico al menos 2-3 horas. Así conseguimos que esté bien fresquito y que el Salmorejo coja todo su sabor.

No sé si los lectores se acordarán de ese anuncio que amargaba un poco el comienzo del verano de los chavales, con aquella cancioncilla que sonaba de fondo mientras un niño hacía sumas en la playa bajo un sol abrasador. No le daban tiempo de saborear esa libertad que olía a mar, a crema protectora y a helado, sin que, por un tiempo, sonara el despertador a las ocho de la mañana y le seño Juanita le pidiera los deberes al entrar en clase.

Hoy en día aquellos estudiantes quizá continúen encerrados en agosto, no por gusto o para que no se les olvide el hábito, sino porque les habrán quedado algunas de la carrera. Y los que vendían los dichosos cuadernitos han debido de cerrar el chiringuito o algo así con esto de la crisis porque, corríjanme si me equivoco, pero yo aún no he visto el anuncio.

El caso es que, quién más quién menos, todos hemos tenido algo que ver con un centro escolar estos días: la fiesta de fin de curso del sobrino, los papeles para matricular al pequeño por primera vez, los jóvenes que suspenden y necesitan unas clasecillas de inglés este verano o los padres que no saben qué hacer con sus hijos en casa tantas horas. Y es que, señores, los colegios y los institutos no son guarderías, son centros de enseñanza. Y si fuera yo docente (quién sabe) me sumaría a la huelga promovida por el profesorado frente a la iniciativa de adelantar el curso escolar a principios de septiembre, no por la simpleza de que los profes quieren currar menos, sino porque es imposible, además de innecesario, dar clase con el calor de septiembre bronceando los libros y porque, además, desvirtúa el sentido de la enseñanza (ya digo, no son guarderías).

De todas maneras, qué bueno sería volver a sentir que llevamos una semana de vacaciones y recordar lo bien que lo pasamos en la fiesta de fin de curso, cuando vimos despendolarse a la seño después de un año de seriedad extrema. Qué bueno sería que la ley nos obligara a acudir a algún sitio todos los días del año que viene, (que en realidad sigue siendo el mismo año, cosas de la vida, hasta eso nos parecía un abismo) así, sin más, viendo a los amigos y sin hacernos preguntas.

Y no como hoy, que si dicen ‘cama’, no piensas en ‘dormir’, que sabemos que la seño a la que tan imponente veíamos era una niñata que no necesitaba una fiesta de fin de curso para despendolarse; que comprobamos que los más duros deberes del verano no eran aquellos cuadernillos, ni siquiera aquellos tochos con nombres tan atractivos como “Estructura General del Sistema de Medios” y delicias similares, sino que lo peor viene cuando empiezas a aceptar que debes dejar de relacionar verano-vacaciones. Cuando cambian las connotaciones de las palabras, como cantaba Julio Iglesias, ahí es cuando pasas “de niña a mujer”. Ay.

Hay veces en la vida que es necesario parar, marcar un antes y un después para renacer como el Ave Fénix, una retirada a tiempo es una victoria para todos. Hoy Marcando el contrapunto se enfrenta de cara a este gran dilema: ser o no ser. Con los billetes reservados de camino al Edén, mil y una reflexiones y valoraciones sopesarán el futuro de este bitácoras que, sorprendentemente, ha superado en diez semanas el medio millar de visitas, sin duda una proeza más que soñada.

Y lejos de ser una despedida –más de un fiel lector se habrá echado a temblar, o eso espero-, toda esta inocentada parrafada no es más que un reclamo para preveniros de lo que a partir de ahora os espera. Mucho más Marcando el contrapunto, eso sí, a partir del próximo lunes. Estrenaremos sección, viajaremos a los rincones más escondidos de Sevilla y nos dejaremos impregnar por el veneno dulce del Adagio Tour de Mónica Naranjo. A todo ello le sumaremos una nueva colaboración de nuestra más que fiel lectora Inma Sedano y nos chuparemos los dedos con la receta de este mes, que ya os adelanto, va acompañada de sorpresa. Menuda semanita nos espera.

El deber me aleja de cualquier teclado de ordenador, mas no desistáis, el lunes, de nuevo, más Marcando el contrapunto. ¿Te lo vas a perder?

Una de cal y otra de arena, qué le vamos hacer, a esto nos tienen acostumbrados los ingleses. Si hace unos días alabábamos la tan ansiada C-Card -una tarjeta con la que los jóvenes británicos podrán adquirir de forma gratuita preservativos-, hoy la sociedad inglesa recula ante esta aparente libertad. Un paso hacia atrás de límites ancestrales, os aseguro.

Que nos prohíban fumar en determinados lugares, es de pura lógica; que nos exijan sacar la basura a partir de las nueve de la noche, otro tanto de coherencia; que nos reclamen apagar el móvil en centros escolares o bibliotecas; es de obligación; pero que prohíban besarse, señores, es para poner el grito en el cielo. Increíble pero cierto. Esta es la última reforma de uno de los centros de estudios del país, una exigencia que le puede acarrear más de un problema a los jovenzuelos alumnos en plena revolución hormonal de este colegio.

Qué clase de persona puede llegar a educar a miles de chicos con medidas como éstas. Quizás puede definirla palabras tan rotundas como amargadas, solitarias, insensibles o atrasadas, quizás, y haciendo honor a una de las series españolas, sean individuos con la mirada sucia. Besar es uno de los actos más puros e inocentes, un acto integral de la vida de toda persona, de un adolescente, aún más. Fruto de sentimientos, de emociones, de pasión y amor, un remolino de sensaciones que constituyen la esencia y sentir del ser humano, amar y sentirse querido. Señores, qué nos queda ya si nos prohíben besarnos. Ni caso.

Pero los problemas de este centro no quedan ahí, lejos de ser una situación puntual, el colegio Kings of Wessex en Cheddar se está ganando a pulso el distintivo de represión. No permitir comer una manzana en la pista de deporte o castigar a ciertos alumnos que acudieron a clases con los botones superiores de la camisa desabrochados. Ni la señorita Rottenmeier. Cabe destacar a favor de la sociedad inglesa, que los padres de los alumnos ya han mostrado su rechazo ante esta situación.

Hay veces en los que el pulso les tiembla para adoptar una medida. ¡Qué casualidad! Siempre que comprometen a los más poderosos. No se le cayeron los anillos al señor presidente cuando decidió subir el tabaco y el combustible, por aquel entonces no, ¡Señores estamos en crisis, arrimemos el hombro! Hoy sin embargo, el cetro no estaba a la medida. El Gobierno ha reculado en la subida anunciada de los impuestos a los ricos ¡al fin una medida coherente!, pero tan sensata que no ha fluido entre nuestros congresista, suponemos que a más de uno le faltará dos dedos de frente.

Apretarle el cuello de la camisa a millones de españoles, no está mal visto, es más, es necesario. Abrocharle el tercer botón de una holgada blusa a los de renta alta, sería considerado pecado. Es de vergüenza leer, entre otros puntos de la actual situación, que un deportista extranjero de élite pague un IRPF similar a un español con una renta menor de 17.000 euros, la tan famosa ‘Ley Beckham’. No solo aterrizan en nuestro país para poder bañarse entre billetes de quinientos euros, sino que incluso, les recibimos con las manos abiertas y las carteras cerradas. ¿Somos tontos o qué? Con el objetivo de atraer a este tipo de personalidades a nuestro país, esta polémica ley ha pasado, en mi opinión, las barreras de los abusos. Manda narices.

Quizás me repita más que el ajo, pero señor Zapatero si ante la crisis no nos queda más que apretarnos el cinturón, lo lógico y sensato, es que lo hagamos todos ¿no? Lejos de acuerdos, pactos o demás maniobras lo importante es favorecer al ciudadano de a pie, al trabajador que se gana su pan como buenamente puede. Menos mal, que al menos, el no ante el abaratamiento de los despidos ha sido rotundo.

¿Estás cansada de que tu amiga la chismosa te caliente la oreja con sus últimos avances en la dieta de la alcachofa? ¿Estás harto de que tu mejor colega no tenga más planes los domingos por la mañana que llamarte para contarte sus fantasiosas batallitas sexuales? ¿Odias cada vez que escuchas el móvil de la oficina los viernes a última hora? ¿Mandarías a la mierda a más de una operadora de turno que te insiste una y otra vez en cambiarte a su compañía? No necesito respuesta, solo me queda preguntarte ¿Te apetecería en esos momentos estrellar el teléfono móvil o mandarlo lo más lejos posible? Ahora ya no existen reparos, hazlo.

Primero fueron las cámaras fotográficas de usar y tirar –si, aquellas en las que salías con cara de pepino amargo-, después arrasó la comida para llevar –que en más de una ocasión estaba también para tirar-, pero sin lugar a dudas, la línea en este campo del negocio se acaba de cruzar con el lanzamiento al mercado del nuevo móvil de usar y tirar. ¿Te apuntas?

A simple vista, no contarás con los diseños más exclusivos, ni con una supermega cámara con mil y un pixeles para inmortalizar los mejores momentos de tu vida –que al fin y al cabo solo usas durante las tres primeras semanas de su adquisición, comprobado-, tampoco con GPS o videollamada para tener controlada a la despendolada de tu chica pero, señores, toda esta serie de deficiencias se verá compensada con el gran e importante alivio de poder estrellarlo contra el suelo en todas esas situaciones en las que tu tímpano pide auxilio cual axila en verano.

Bajo el sobrenombre de Bic Phone – la gran marca de los desechables-, Orange lanza al mercado a principios de mes el último grito del carpe diem. Por solo 29 euros –con doce en llamadas- podrás adquirir en cualquier establecimiento el nuevo elixir de la eterna tranquilidad, el nuevo saco de boxeo con el que desahogarte y es que, qué son esos cuantos eurillos con el placer de reventarle la llamada sin ningún miramiento al pesado de turno.


Nota: Este espacio no ha sido patrocinado por Orange, aún así, se informa que el terminal sería de tarjeta con una duración de la batería de 240 horas encendido y 4 dándole a la sin hueso. Apto para llamadas y sms. Incluye cargador.

Quizás ahora mismo no estaría escribiendo este post, quizás en estos momentos estuviera muerto. Sin sentido ni razón, sin alma y sin sentimientos, no, porque no los tengo. Los tuve en su día, cuando era pequeño y la inocencia mi seña de identidad. La perdí, no lo recuerdo, me obligaron a perderla sin que me diera cuenta. Quizás hoy, me hubiera suicidado.

Tal vez no, quizás en estos momentos deambulara por la ciudad, con la mirada perdida e intentando acallar la voz de mi conciencia. Sin mirar al pasado, olvidando que vivo en el día más nublado de mi vida, que soy la tormenta que ha descargado su furia contra inocentes que nunca volverán a ser iguales. Soy dolor, vergüenza y pecado.

Quizás en lugar de escribiendo este blog estaría encerrado en un lavabo desde hacía bastante, con el grifo abierto a toda presión dejando que el desagüe engullera lo que no quiero admitir, que blanqueará mis manos ensangrentadas. Si, si yo fuera un asesino, hoy dejaría de ser persona.

ETA ha vuelto a matar, ha conmocionado a un país, ha destrozado la vida de cientos de familiares y ha acabado con las ilusiones y los sueños de un ciudadano. Hoy volvemos a sentir rabia y coraje, no miedo, señores, ETA ya no nos asusta. ¿O es que ya estamos acostumbrados? Hay que dejarlo claro, hoy el corazón nos ha dado un vuelco, pero señores, mañana nuestra vida volverá a la normalidad, por suerte o por desgracia. La vida de Eduardo Puelles y la de su gente, no.

Desde Marcando el contrapunto pedimos justicia, fuerza y coraje para que el cariño y el apoyo que hoy han mostrado las fuerzas políticas se materialicen en acciones y medidas que pongan punto y final a esta pesadilla. Ánimo y fuerza para la familia.

Aclamaban su regreso, mas cinco años no le habían sido suficientes. Despertó a golpe de reivindicaciones, de llanto y protesta. La mujer, el símbolo de identidad y lucha. La igualdad, el respeto a sus derechos y a su libertad más allá de lo permitido arrasaron y sembraron las semillas de su sentir. A grito de ‘malo, malo eres’, Bebe marcó un punto de inflexión en el mundo de la música y en su propia vida.

Caracterizada por ser una de las voces más particulares, esta extremeña aterrizó en el difícil universo del arte para catapultarse en pocas semanas a lo más alto de este firmamento, una brutal despedida que marea hasta el más sensato. Encontrarse a sí misma y sacar ese lado más escondido obligaron a Bebe a estar fuera de combate durante todo este tiempo en el que su música nos ha seguido recordando que estábamos vivos. Se ha encontrado y ha creado su nuevo yo, una producción que a finales de este mes sale a la venta.

Más ardiente que nunca, el nuevo trabajo promete subir la temperatura de sus oyentes más allá del ya singular ‘Con mis manos’. Y para muestra uno de los dos sencillos de presentación, ‘La bicha’, ritmos nuevos y diferentes que llegan a chocar en un primer momento pero que pronto te hace llegar ese duende que la ha caracterizado.

Bebe regresa con fuerza, con mucha más de la que en su día aterrizó con ‘Pafuera telerañas’, un segundo disco que la afianzará y que será respaldado por ese eterno soñador grupo que ansiaba su retorno. Con la garra y la entereza de quien se sabe tener la razón, Bebe ha luchado por sacar a flote el difícil papel de la mujer llegando a ser considerada icono feminista. Protestas a favor del medio ambiente y reglones para el amor y el deseo se acentuarán en ‘Y.’, una clara y rotunda promesa que no dejará indiferente a nadie.

El misterio se cierne sobre nuestras nucas. La historia de la Humanidad está dibujada a grandes trazos de color púrpura que pretenden camuflar las incógnitas de nuestra existencia . Delimitados y aceptados bajo el término de Ciencia, el ser humano se ha mantenido al margen de toda sospecha innata. Ha creído. Ha callado. Pero no, a la voz de su conciencia.

Remordimientos, insomnio y más de un quebradero de cabeza han obligado a cruzar la línea de la verdad, a ir más allá, a preguntarse lo que nadie hasta el momento se había cuestionado. La vida está llena de grandes mentiras impuestas, de preguntas por contestar, de incógnitas que ni el mismísimo Iker Jiménez podrá dar respuesta nunca. Es nuestra fiel y cruel condena, vivir en la ignorancia más absurda de creer saberlo todo.

¿Por qué siempre la tostada se estrella contra el suelo por el lado de la mantequilla? ¿Por qué el ser humano tropieza dos veces con la misma piedra? ¿Por qué el bostezo provoca una sucesión en cadena? Cuál recuerdo a un anterior bitácoras puesto en marcha por este bloguero, hoy la duda invade mi tranquilidad. Sin entrar en temas existenciales, ni en problemas aritméticos, la incógnita es mucho más llana y sencilla.

Si más alto, no más claro. ¿Por qué el nuevo DNI está ilustrado con una foto en blanco y negro? Sin respuesta alguna. Así de tonta y complicada nació la pregunta durante una particular conversación con una asidua de este blog, así de triste y rebuscada se esconde la respuesta. Un paso hacia atrás, cual gran carné de mi abuela, el próximo ‘avance’ será sustituir la firma por nuestra huella dactilar. Como dicen en mi pueblo, este Gobierno tiene cosas de ‘bombero jubilado’, con todo el respeto a todo el cuerpo nacional.

Menor precisión en los rasgos, mayor confusión entre los mil y un parecidos razonables -que se lo digan a Cristina, la concursante de OT, prima de Pilar Raola, según Risto- y la multiplicación de los sujetos candidatos a formar parte de cualquier banda terrorista. Por más que busco la solución, todo se estrella a contracorriente. ¿Alguien tiene la respuesta?

Comienza el calor, las apetecibles tapitas en cualquier bar y las idas y venidas para darse un chapuzón. El verano se acerca y las cadenas de televisión comienzan a lucir sus mejores modelitos de playa para cautivar a la audiencia durante la etapa estival, sin duda, una de las más difíciles, y más aún con los tiempos que corren. La incorporación a la parrilla de formatos nuevos se está convirtiendo en la gran apuesta por parte de las privadas, algún regreso que otro y más de una copia que huele a pescado podrido sombrean un verano que no tiene desperdicio.

Telecinco y Antena 3 lucen desde ya sus ofertas cual escaparate para comenzar a abrir boca, el resto de televisiones aún no han desvelado sus grandes apuestas –si es que las tienen- salvo la cancelación de programas como el exitoso ‘Ola, ola’. Pero que no se echen a llorar los amantes de este formato, Antena 3 les brindará durante estos tres meses un paseo por la costa gracias a ‘Verano Mix’, la copia más descarada del formato de Cuatro. Viva la originalidad.

Sin duda, uno de los regresos más esperados, al menos por este espectador, es ‘El topo’, la adaptación del gran ‘El Traidor’. El programa aterrizará en unas semanas en Telecinco para desatar la aventura, la intriga y las mentiras, una receta que reúne todos los ingredientes del éxito. Esperemos que la audiencia sepa reconocerlos. Tras la despedida de ‘Supervivientes’ y la aún larga recta final de ‘OT’, el programa cubriría las ansias de reality propios de la cadena.

La apuesta por nuevos formatos ha disparado la fiebre entre los pasillos de las grandes productoras, ingeniárselas para ofrecer un programa diferente es el reto esperado por todos, que lo consigan, ya es otra cosa. Desde una alternativa para salir de la crisis encabezada por Antena 3 en ‘La gran oportunidad’ hasta un importante reto donde toda la familia luchará por embolsarse los 120.000 euros del premio aunque tengan que pisotear hasta el propio vecino.

A pesar de todo, aún es pronto para dibujar el planning semanal de este verano, seguro que aún nos espera más que una sorpresa, el tradicional regreso del ‘Gran Prix’ o el retorno de Ximo Rovira a ‘DEC’. Pero nunca viene mal presentar las primeras pinceladas.

A partir de ahora fumar no solo será perjudicial para su salud y la de los suyos. Las tan comunes y alarmantes etiquetas de advertencia deberán dejar un hueco para recordar a los consumidores que su bolsillo también se resiente y es que, como viene siendo normal habitual, el tabaco es la caja de inversión del Gobierno cuando es necesario hinchar las arcas centrales.

La nueva subida del tabaco y de los carburantes aprobada por el Consejo de Ministro aterriza entre los ciudadanos en el peor momento posible, razón lógica por lo que se ha producido. Partidarios y retractores abren la brecha de debate con ideas claramente distanciadas que señalan a este colectivo como el chivo expiatorio que “siempre paga los platos rotos” frente a posturas más esperanzadoras que apuestan por una caída del consumo, tendencia que para nada espera que se cumpla el Ejecutivo. Menos fumadores, menor cantidad engrosada.

“Su tabaco, gracias en nombre de los cuatro millones de parados”. Fumarse un pitillo se convertirá en una verdadera causa social que merecerá ser recordada por las cajas expendedoras como agradecimiento a su colaboración en la lucha por que ningún desempleado se quede sin su prestación. Una táctica de doble juego. Quitarles el dinero a uno para dárselo a otros, una manera bastante sencilla y cómoda de hacer frente a situaciones difíciles, así también gobierno yo. Parece que las alternativas se están acabando, señor Zapatero. Y ya que jugamos a ser Robin Hood ¿por qué no recortamos los salarios de ministros, delegados, concejales y toda clase de políticos? ¿Por qué siempre paga el ciudadano?

Junto al tabaco sube la gasolina, eso sí, solo para los ciudadanos, hay que evitar posibles manifestaciones y concentraciones por parte del sector del transporte que incluso dispararía la subida de todos los productos. No a males peores. Una media de subida de 2,9 céntimos el litro ayudará a más de uno a dejar el coche aparcado y reforzar su compromiso con el medio ambiente. Sacar la calculadora y volver a realizar un ajuste de cuestas obligará a más de un ciudadano a apretarse el cinturón para volver a llegar a fin de mes.

La lógica vuelve a situarnos en los aledaños de la comprensión de esta subida, no se tratan de productos de primera necesidad, una consideración a agradecer. Desde aquí solo nos queda dar nuestra compresión y apoyo a los fumadores, más aún, si son conductores.

Las campañas por una vida sexual segura se han convertido en el gran quebradero de cabeza para la gran mayoría de los gobiernos. Apostar por anuncios más agresivos, inundar las marquesinas de las paradas de autobuses o invertir en educación sexual son la principal vía de actuación elegida para poner solución a problemas tan comunes como el embarazo entre adolescentes, una situación que, a pesar de todos los esfuerzos, sigue creciendo. ¿Aún no se dan cuenta dónde está el punto de partida?

Hace una semanas, el Gobierno dio luz verde a la comercialización en las farmacias de la píldora poscoital sin necesidad de receta previa, una estrategia que pretende reducir el porcentaje de embarazos no deseados. ¿La solución más acertada? ¿Por qué partir desde el tercer peldaño de la escalera cuando aún no hemos superado los dos anteriores?

Dicen que los ingleses van un paso por delante que el resto del mundo, quizás, no lo sé. Lo que si saben es que para erradicar un problema deben de partir desde su origen. Es por eso que el Gobierno inglés pondrá en servicio a partir del próximo otoño la Condom Card, una nueva tarjeta a disposición de todos los jóvenes mayores de 13 años y con la que podrán adquirir en los centros autorizados preservativos de forma gratuita. Al fin una medida coherente, quizás la solución más acertada.

Prohibirles el sexo, es imposible, es por eso de que la solución está en unir fuerzas. Seguir apostando por la educación sexual, peldaño cero de esta imaginaria escalera y paso previo para obtener la C-Card, es fundamental, principalmente entre los jóvenes que comienzan a descubrir este mundo. Un sector poblacional que vive de la ‘generosa paga’, de su beca de estudios o de los pocos ahorros con lo que pueda contar costearse una caja de preservativos puede suponerle un importante desembolso, ésto junto a las malas cabezas nos lleva a la perdición. Se acabaron la tan recurrida ‘marcha atrás’ o las típicas frases de ‘eso no nos pasará a nosotros’, a partir de ahora ‘Pónselo, póntelo que es gratis’. Del color que sea, del sabor más exótico, con terminaciones más placenteras o de fácil colocación. Señor Zapatero aprenda de nuestros vecinos británicos, al menos en este tema, que los jóvenes españoles ya no recordamos de que color eran los billetes de diez.

Hay varias razones por las que el fútbol ni me va, ni me viene. Enumerarlas no es el caso, pues por encima de todas ellas está la ‘madre de todas las razones’. Y lo puedo preguntar más alto, pero no más claro ¿Quién coño fijó los sueldos de los futbolistas? Sin lugar a dudas, uno de ellos.

Leer en la mañana de hoy titulares como el fichaje del Real Madrid por Cristiano Ronaldo me dispara la tensión, casi 94 millones de euros. Menuda forma de despilfarrar el dinero, y para rememorar los inicios de este bitácoras exclamaré eso de ¿Quién dijo crisis?

Millones de personas en todo el mundo se mueren de hambre al día, cientos de laboratorios están parados por falta de financiación para proseguir las investigaciones y va Florentino Pérez con su gran y esplendoroso talonario como si todo le resbalara. Necesito una explicación ante este crimen contra la economía y es que las razones de siempre no me valen. El hecho de que la ‘jubilación’ en esta “profesión” sea tan prematura no justifica cifras tan disparatadas, además qué ocurre, que tras retirarse de los campos de fútbol se desprenden del cuerpo los brazos y las piernas. Menuda vergüenza.

Cual champán recién descorchado, parece que esta política de negocio solo tiene un camino ascendente, año tras año los clubes de fútbol nos sorprenden con cada fichaje, con más ceros en la cuenta corriente y con promesas que nunca cumplen pero que todos los aficionados creen. El negocio del fútbol se ha ido de las manos y los responsables –si es que los hay- o no están por la labor o no saben como pararlo. Un poquito de consideración.

Pero este problema no solo ocurre en el deporte estrella si no que se extiende por todo lo ancho del mundo deportivo –excepto el femenino, parece ser-, del cine y de la música. Profesiones que convierten a sus protagonistas en verdaderas estrellas, que mueven masas y atontan a sus fans, en un planeta en el que los ciudadanos soñamos con ser como ellos y permitimos y justificamos tales sueldos. Ellos se lo merecen todo, ¿no?

Dicen que el secreto de todo buen cóctel se condensa en sus ingredientes, en ponerle ritmo y en agitarlo con soltura. Cual barman guardo el secreto de una de las bebidas más secas y amargas. Crisis, miedo y resignación son los ingredientes. Un poquito de ritmo, mucho talante y le violà! Ya tenemos el refresco de este verano. Lo llamaremos: la gran tajada de los empresarios. ¿Qué os parece?

Cuando dicen que la crisis la sufrimos todos, me van a perdonar la expresión, no nos queda más que contestar: ¡Y una mierda! La llegada de la crisis ha venido acompañada de sus grandes amigos el miedo y la resignación, dos grandes enemigos del trabajador que muchos de los déspotas empresarios están sabiendo utilizar a su favor. Sutiles indirectas que auguran un largo futuro en la cola del paro si no aceptas esas condiciones de trabajo se han convertido en la principal arma de destrucción masiva. Reducción de los derechos, recorte del salario, aumento de la jornada laboral o las mil y una artimañas de reciente creación hacen de nuevo al empleado el mayor perjudicado.

Impotencia y rabia se funden con cada desplante, subidas de tono o el importante ‘pasotismo’ que parece reinar en la oficina del ejecutivo –eso si es que la tiene-. Retraso en los pagos de varios meses, búsqueda de la comprensión y tan amigos. Menuda cara dura. Alimentar a sus hijos, respirar tranquilo o el merecido almuerzo de los domingos no son un lujo, son una necesidad que los jefes parecen olvidar pero, claro está, ellos si que no se privan de nada. Y encima de todo, te exigen motivación. Manda narices.

Pero si la situación es alarmante, más lo es aún con noticias como la que ha saltado hoy a los medios de comunicación y que desgraciadamente nos ofrece la cara más cruel de cualquier persona. Una vergüenza. ‘Tira a la basura el brazo de un “sin papales” que sufrió un accidente en su empresa’. Sin lugar a dudas, el colectivo inmigrante es el mayor perjudicado en el eslabón laboral, condiciones infrahumanas o sueldos por los suelos que ya atentan contra su dignidad. Pero el caso ocurrido en Valencia va más allá de todas las irregularidades.

Falta de respeto, egoísmo, cobardía o irresponsabilidad se suman a una larga lista de calificativos que parece hacerse dueño del espíritu empresarial. Hay que ‘salvarse el culo’ pisoteando al que sea. ¡Qué pena!

Quién no recuerda las aventuras del entrañable koala Mofli o las mil y una peripecias de nuestros amigos Los Fruitis. Más de uno no habrá podido evitar esbozar una sonrisilla y rememorar esos grandes pequeños momentos de nuestra niñez que regresan cual efecto boomerang cada vez que alguno de estos nombres se cuelan por nuestros tímpanos. Heidi, el inspector Gadget, el gran diminuto David, nuestro amigo Espinete o los luchadores Oliver y Benji consiguen que dejemos a un lado preocupaciones, problemas o hasta el propio trabajo para recordar aquellas madrugadoras mañanas de fin de semana. Y es que en el fondo, somos unos críos.

Coloquemos la piñata, los matasuegras y la serpentina como antaño, hoy celebramos cumpleaños. Quizás se trate de uno de los personajes más característicos de Disney, su peculiar habla, sus más que aventuras y su singular sentido del humor. Y es que a pesar de que parezca que no pasan los años por él, ya son 75 los que figuran en su carné de identidad. El gran pato Donald ya no es tan niño, educador de pequeños y humorista de mayores, como lo definen.

Los dibujos animados juegan un papel fundamental en la educación de los más péqueños, grandes esponjas que absorben todo lo que ven y reproducen todo lo que escuchan –y sino que se lo pregunten a mi sobrinillo-. Aprender a ser fuertes gracias a un Marcos desesperado que viaja por todo el mundo en busca de su mamá –menudo trauma, por ciento-, interiorizar con la ayuda de unos pequeños muñecajos al son del Fragge Rock los valores de la amistad, la solidaridad o el compañerismo se suman a las peripecias de uno de los personajes más imitados e idolatrados por los niños: la gran Pipi. Con un maletín lleno de monedas de oro, una fuerza descomunal para levantar hasta a su propio caballo y emancipada con apenas 10 años –más de un padre la querría para si-, la hija del vikingo nos mostró ese lado rebelde para hacer frente a los muchos caraduras con los que nos cruzamos cada día.

La creación de producciones como el ahora popular Pocoyó o el gran amigo Caillou están devolviendo a los pequeños los valores que con series como Pokemón y sus derivados y el incumplimiento de la franja horaria infantil se habían perdidos, y es que hace unos años la esencia de los dibujos animados de nuestra niñez se había esfumado. Gracias a Dios que las reposiciones de ‘La vuelta al mundo en 80 días’ o el incombustible Doraemon no dejan caer el espíritu infantil educativo de estos grandes maestros de los más pequeños de la casa.

Hay veces que un simple término puede levantar más de una ampolla. Confusiones o malos entendidos que tendrían una fácil solución si cada cual tomase los conceptos adecuados. Hace unos días los medios de comunicación se hicieron eco del que era el primer ‘bautizo civil’ de la provincia malagueña, un nueva práctica que, a pesar de parecer reciente, se remonta hasta 2004. Y casualidades de la vida, cuatro han sido ya los pequeños protagonistas de esta revolución, más que ideológica, terminológica. El último en unirse a esta comunidad ha sido el hijo de la actriz Cayetana Guillén-Cuervo.

La polémica estaba servida, desde las fuerzas de derecha hasta la mismísima Iglesia llegando a ser incluso objeto de burla por parte del presidente de los populares, Mariano Rajoy. Y es que, a voz de pronto, hasta yo rechazaba esta iniciativa. Cristiano y de izquierdas, me confieso, una doble personalidad que en muchas ocasiones chocan irremediablemente. Y volvamos al punto de matiz de esta reflexión: “[...] de esta revolución, más que ideológica, terminológica”. Utilizar el término bautizo me parece una falta de respeto debido al sentir que este sacramento tiene en el mundo religioso: la bienvenida del recién nacido a la comunidad de la Iglesia. El mal uso de este concepto es el que dispara la tensión de algún que otro derechista y es que, señores, esta práctica tiene nombre propio: ceremonia civil de otorgamiento de carta de ciudadanía, un evento que para muchos puede parecer sacado de la manga.

Lo nuevo nos parece extraño, de ahí el halo de misterio que se cierne sobre esta iniciativa que, incluso, puede parecer absurda porque hemos vivido sin ella durante muchos años. Para algunos esta ceremonia no significa más que un modo reivindicativo, para otros, una lucha por nuestros derechos, y en mi opinión desde la tolerancia y el respeto, no le encuentro sentido a esta nueva práctica cuya esencia ya se materializaba con el común empadronamiento del bebé. Supongo que a todos nos gusta una gran ceremonia.

Pero si se encontraba al punto de la taquicardia, hablar de las comuniones civiles a más de uno lo llevarán al borde del infarto, claro está, aterrizando de nuevo en la terminología de la lengua de Cervantes. La llegada del Espítiru Santo supone uno de los momentos más importantes en la vida de cualquier cristiano, de ahí la gran polémica. Fiesta de los 10 años o Ceremonia del comienzo de la adolescencia dejaría a un lado malos entendidos. ¿El sentido de esta práctica? Que tu hijo no sea menos que sus amigos y que también tengan sus regalos y su festejo. ¡Ay, Dios, en qué mundo vivimos!

A veces me pregunto por qué seré tan ingenuo y es que hasta lo más evidente siempre termina por sorprenderme. Habrá que echar más suspicacia. Desde que Telencico reservará su franja de sobremesa y el late night de los jueves al patético programa del tomatero Jorge Javier Vázquez, el show más chabacano estaba apunto de colarse en el salón de más de un aburrido.

Sin entrar en el detalle de juzgar los gustos televisivos de los españoles, deben reconocerme que ‘Sálvame’, en sus dos versiones, va directo a convertirse en el nuevo programa que busca levantar a la cadena cueste lo que cueste, como dice mi gran amigo Bauer, ‘Sálvame de esta crisis de audiencia’. ¿Pero saben lo peor? Que terminará lográndolo.

Tras verdaderos espectáculos en los que famosillos de turno se tiran los trastos con los diferentes colaboradores del programa, y menudos tertulianos ¡Sálvese quien pueda!, anoche el último momentazo del show tuvo como protagonistas estelares al gran Kiko, el ex Gran Hermano, y a la incombustible Yola Berrocal, o más conocida tras un programa de Ana Rosa Quintana como el ‘angelito tetón’. Y entre peras anda el asunto, bueno, mejor dicho, entre melones y es que, señores, el ‘chatín’ de la tercera edición del reality no tuvo más brillante idea –bueno, dejémosle las responsabilidades a dirección- que descubrir uno de los voluminosos y ensiliconados pechos de la ¿a qué se dedicaba esta chica?

Patético, sin lugar a dudas, el retorno. Es vergonzoso buscar ganar audiencias con este tipo de espectáculos, lamentable poner la televisión y tener que enfrentarse a historias como éstas y más en franja infantil –recordad que ‘Sálvame diario’ se emite de 15:45 a 17:45 horas- , una verdadera pena y es que ni para montar el numerito sirven, un montaje que se veía a leguas. Manda narices. Hacer una televisión divertida, entretenida y amena va más allá de colocar a cuatro monos a que se rasquen sus intimidades en pantalla, un poquito de por favor. Por una televisión digna. Aunque lo que más pena me da es ver como la cresta de audiencia se disparó ante tal historia, hasta un 25 por ciento de cuota de pantalla. Estamos locos.

Un país que empezaba a resurgir de las cenizas de una dictadura, a tomar forma, conciencia e identidad propia. Pronto se encontró en medio de una pequeña gran comunidad, una unión que poco a poco ampliaba su radio de acción y reacción. Todo tan deprisa que hasta para el más avispado podía pasar desapercibido. Y es que no sería hasta que el euro aterrizase en nuestras carteras cuando más de uno comenzase a tomar los primeros tragos de la europeización. ¿Los españoles se sienten europeos?

Este domingo están llamados a las urnas, españoles y el resto de comunitarios. Habrá que esperar los resultados de participación para ver cual extensa es el apoyo de la población, aunque señores, los augurios no son nada favorecedores, basta remitirse a elecciones pasadas o ver los datos de audiencia de los últimos debates electorales. ¿A quién le interesan las europeas? Al ciudadano de a pie poco, más cuando su atención la marcan titulares como el aparecido hoy en la prensa: “La OIT estima que el desempleo actual se prolongará entre 6 y 8 años”. Os lo prometo, fue leer el titular y comenzar a temblar. ¡Qué futuro nos espera!

Pero es que señores, no les interesa ni a los ciudadanos ni a los propios políticos que pierden el tiempo en batallas sin sentido ni razón. El PSOE pecando con campañas agresivas que solo buscan el desprestigio de los populares olvidándose de que lo importante es presentar un programa de actuaciones. Por su lado, el PP no se cansa de jugar a los avioncitos y de dar vueltas junto a ZP en el Falcon. Manda narices, hasta Pedro Piqueras se lo insinuó a Rajoy en la entrevista de esta semana. Andan un poco descarados. Las medidas de seguridad de los ex presidentes, temas tan candentes como la ley del aborto, las bodas homosexuales o el conflicto tras las declaraciones del cardenal Cañizares parecen importarles más que lo que verdaderamente preocupa a sus representados.

Quizás sea una idea superficial, un escaso seguimiento de las campañas o un claro desinterés. Pecar por una de estas razones es un doble juego en el que hemos caído todos y es que, en mi opinión, estamos cansados de falsas promesas que parecen esfumarse tras las elecciones. Dónde quedaron esos puestos de trabajo, esas ayudas y subvenciones o las nuevas propuestas de ley. En el limbo, supongo.

Para muchos será la oportunidad que estaban esperando. Para otros, un reto al que nunca se enfrentarán por mil y una razones. Pero como es de bien nacido ser agradecidos, todos coincidirán en que se trata de una oportunidad que tiende la mano a la profesión en tiempos de crisis. Claro está, si no fomentara el intrusismo. El que en su día fue el cuarto poder abandona la majestuosidad de este rango para presentar la esencia pura de comunicación, aunque quien informe sea otro fresco de turno. Así podríamos calificar la apuesta por la profesión encabezada por la productora ‘La Fábrica de la Tele’.

En busca y captura de los nuevos talentos del ¿periodismo? Cual ventana abierta al mundo, el objetivo de la organización es presentar a la sociedad los que serán los nuevos rostros de la televisión. Presentadores, colaboradores o reporteros tienen la oportunidad en ‘El 5º poder’ de dar a conocer al resto del mundo sus valores profesionales y, claro está, de quitarle el puesto a cualquier recién licenciado, y es que señores, el formato está abierto a ‘todo tipo de público’ y yo me pregunto ¿dónde quedarán esos años de estudio? Es muy simple. Una cámara, un tema y un curriculum serán la hoja de presentación de cada uno de los candidatos a este casting abierto que podrá seguirse a través de su página web a partir de mañana. El primer paso hacia una serie de pruebas que pondrán en jaque el saber estar de cualquier comunicador y como no, el prestigio de la profesión.

Los comentarios no se han hecho esperar. Desde calificar este proyecto de una nueva fábrica de ‘frikis’ hasta compararlo con la metamorfosis del tan común enchufismo, dos acepciones un tanto alarmista que olvidan mencionar el gran e importante problema del intrusismo. Abierta a las televisiones, productores y demás medios, lo que si está claro es que el proyecto abarca más de un objetivo para sus candidatos. Y es que alzarse con el ansiado palmarés se suma a la gran posibilidad de poder ser visto por profesionales que apuesten por ese rostro informativo. Un escaparate de oportunidades, sin lugar a dudas.

Cansados de esta práctica debemos dejar a un lado la timidez, la falta de autoestima, algún que otro reparo o el pensar que la tele no está hecha para nosotros. Muchos serán los jóvenes periodistas que hagan de este proyecto una oportunidad más que olvidar y ahora menos que nunca, debemos luchar para conseguir que los ‘defectos’ de este proyecto no les haga sombra a los verdaderos profesionales. Lejos de verse en la caja tonta ante “tanta competencia”, mejor es tirar la toalla desde ya. Eso nunca. Y llegados a este punto os preguntareis: Y tú, ¿que haces que no te presentas? Pasopalabra. ¿Quién sabe?

Hay quienes no les faltan razones para defenderlo. Sin embargo, otros no hallan explicación para tal hábito. Desde hace unos años el botellón ha pasado de ser una práctica de ocio juvenil para convertirse en una verdadera polémica entre vecinos e, incluso, en una poderosa arma política. Defensores y detractores se enfrentan ante una disputa que está dando más de un quebradero de cabeza. ¿Por qué sí al botellón?

Encuestas, estudios o investigaciones. La explicación de esta práctica ha pasado ya los umbrales de la ciencia, de la psicología y, como no, del bolsillo. Más allá de centrarnos en cualquier informe -que hay miles-, la explicación de este hábito juvenil es mucho más sencilla. Quizás, es que hay que vivirla.

Debo reconocerlo, hace ya mucho que no hago botellón, pero supongo que la filosofía sigue siendo la misma. Tampoco soy tan mayor. Hay quienes les buscan mil y una respuesta. Diversión. No hay nada más ¿por qué buscarle tres patas al gato? Para los jóvenes supone uno de los pocos momentos de la semana para desconectar de los padres, de los estudios o de la rutina, y con ello no me refiero a los grandes poderes del alcohol para olvidar. Es un buen rato para estar con los amigos, reír, hacer bromas, desinhibirte y conocer a gente. ¡Qué mejor red de contactos!

Hablar del botellón es tratar el consumo de alcohol entre menores, de destrozos vandálicos de los que no saben beber o de las posibles más que peleas. Todo a su tiempo, con sus límites y con cabeza. Y como pasa en todo, aquí también pagan justos por pecadores y es que, al final, todos somos unos sinvergüenzas de mala vida que no sabemos que hacer con nuestro futuro. Pero no es así.

Quizás, para todos aquellos que se oponen a esta práctica, yo les invitaría a que la probasen. A nadie le sienta mal una copa rodeado de amigos entre risas y bromas. No hay nada más.

La más sexy del planeta. El más cachas del universo. La croqueta más sabrosa de la comarca. Como todos sabemos, regir la vida por los ranking no es nada nuevo, hasta este blog se animó la semana pasada a subirse al carro de los Top Ten, una práctica que, sin lugar a dudas, está de moda. Pero como todo, también tiene sus límites.

Las declaraciones y el peculiar listado elaborado por el cardenal Antonio Cañizares no ha dejado indiferente a políticos, Iglesia y, como no, al ciudadano de a pie. El Top Ten de las “aberraciones”, como las ha calificado Mayor Oreja, no es más que un intento de limpiar uno de los más crueles y vergonzosos pecados de la Iglesia: los abusos a menores de manos de religiosos.

Mirar hacia otro lado y castigar el aborto como la mayor “aberración” busca minimizar un delito que, sin dudar ni un instante, se merece toda atención, eso, y todo el peso de la Ley. Parece increíble que desde la propia Iglesia se busque el doble juego, una práctica innata de la política que parece manejar al dedillo hasta el “santo sacerdote”. Lamentable. Reducir el sufrimiento de cientos de pequeños de todo el mundo a lo largo de la historia por el simple hecho de guardar las formas. No, señores.

Y llegados a este punto cabe preguntarse. ¿Con qué moral propugnan el derecho a la vida cuando las manos de la Iglesia están llenas de sangre? No hace falta remontarse a la histórica Inquisición ni abandonar el tema, solo basta preguntarse ¿cuántas vidas ha llegado a arruinar el cura del pueblo hasta el punto del suicidio? Es vergonzosa, con declaraciones como éstas, la actitud de la institución ante estos ‘crímenes’. Crimen a la dignidad de la persona, atentando contra la inocencia de la infancia, asesinato de la confianza.