De todo se aprende, de eso no hay dudas. Si algo nos está enseñando los culebrones protagonizados por más de un famoso es a desconfiar hasta de nuestra pareja. Sí, como lo leen señores, con qué cara voy a contarle a mis chica mis más arduos secretos si a la primera de cambio puede dejarme en la estacada, y lo peor de todo, airearlos entre las marujas de mi barrio. Se juraron amor eterno frente a las cámaras, pasearon su relación por las hojas de papel cuché y ahora... se tiran los trastos frente a millones de personas. Las tan polémicas separaciones se están convirtiendo en el arma de doble filo para arremeter a fuerza de coraje, celos y envidia contra aquel que te prometió el oro y el moro. Y un cuerno, ahora qué hacemos el resto de mortales con este miedo entre los huesos.
Y es que hasta la mínima intimidad puede salir a la luz. Preferencias en la cama, gustos un tanto extravagantes o acciones que rozan la legalidad, todo vale cuando lo realmente importante es desbancar de su trono a la tan adorada estrella. Aunque, señores, a quienes no ostentaban tal cetro. Los últimos en subirse al carro de la gran tajada tras el divorcio han sido la polémica diva del nuevo soul, Amy Winehouse, y su ex marido, Blake Fielder-Civil, una pareja que ya nos tenían acostumbrados a dar mucho de qué hablar. Sumergida en los placeres de alguna que otra sustancia, Amy se mantiene en silencio ante las comprometedoras declaraciones de Fielder publicadas en los principales periódicos sensacionalistas del país.
El mundo de las drogas y la descabellada dependencia de la cantante a éstas fundamentan las principales críticas del ex marido, quien mantiene a boca llena que él la introdujo en este mundo, menudo orgullo. Lejos de sorprender tales declaraciones -la adiccón de la cantante era ya más que conocida, pues no existe explicación alguna para tal peinado más que la simple cortinilla que camuflará algún que otro 'contrabando'-, Fielder descubre datos tan alarmantes como el consumo a la semana de más de 7.000 euros en sustancias o los ultrajes de guante blanco de la artista. Tanto es así, que el ex marido asegura que Amy robó dos gramos de coca a Kate Moss de su bolso. Ay qué manos más largas, señores, y es que la modelo llevaba tal borrachera que no se mantenía en pie, según explica Blake.
Cuántos peligros se acechan tras una ruptura, así que ya sabéis, cuidado con lo que le contamos a nuestra parienta a ver si el secreto nos revienta en la cara. O más que ¡cuidadin pecador!, lo que debemos hacer es trabajar nuestras relaciones para que marchen viento en popa y a toda vela. Se nota que estoy enamorado, ¿no?
Se les rompió el amor...
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¿A estas horas Antonio? No me jodas! Pásate por las teles locales y deja de escribir coño ya!
Qué ordinario por Dios, me voy a extirpar medio cerebro a ver si me libro de ti... aunque hay que reconocer que lo del porno local es muy buena sugerencia!
Respecto a ''Perdiendo el norte'' el problema de esta sociedad es que no le gusta mirarse a sí misma. En mi mundo los gordos son gordos y las feas son feas y que no me rebatan ¡porque les pongo un puto espejo por delante!
¿Os sabéis ese que dice: ''eres tan fea que cuando te miras al espejo tu reflejo vomita''?
JAJAJAJAJA
Anda queee jiji si a pesar de todo tienes hasta gracia jijiji hombre eso del porno, un poquito de respeto jijijij -¿en qué canal me has dicho?- jijijii -debo guardar las formas como la Amy- jiij
Dicen que no hay dos sin tres...
www.algunasveceslavida.blogspot.com
:-p
Ufff... que rallaera de cabeza...
Qué es eso de desconfiar de la pareja!!! Pero bueno!!! Menos mal que el final lo arregla!